Shekere

​
La historia del shekere comienza en África, donde este instrumento único es usado como un  shaker, una sonaja y un tambor.
Tradicionalmente hecho de calabazas huecas envuelta en una red con cuentas de diferentes materiales.

​Se usaba generalmente con fines religiosos(se usa actualmente en el Candomblé, Umbanda, Kimbanda y del Batuque) y se popularizó gracias a las orquesta cubanas entre las décadas del 60´- 70´.

En Cuba se realiza el “toque de güiro”  con un trío de shekeres, como ocurre con frecuencia con otros instrumentos africanos, llamándose salidor, segundo y caja (​pequeño, mediano y grande respectivamente).  ​

El sonido se obtiene al sacudirlo de varias maneras haciendo que las semillas golpeen contra la calabaza y también golpeando la base del instrumento con la palma de la mano. Para que el sonido sea seco y de gran intensidad se utilizan semillas grandes y duras como lo son las wayruro y el palo jabón. Agitándolo o torciéndolo se obtiene el sonido de shaker y de sonaja o golpeando la parte inferior del cuerpo con la palma de la mano para obtener notas similares a las de un bombo.

Cuentan que durante la esclavitud, a veces los amos les prohibían las fiestas a los esclavos con el propósito de que rindieran más en el trabajo. Entonces ellos sustituían el tambor por el shekere porque percutía menos.
La mayoría de los que lo tocan lo aprenden en el marco folklórico. Es un instrumento con amplias posibilidades rítmicas.

Seleccionamos las calabazas para fabricar nuestros istrumentos  con la mejor calidad, para su conservación y aprovechamiento de su sonido.
​Para su fabricación utilizamos calabazas de diferentes diámetros y tamaños. Las mismas son  lavadas, secadas y vaciadas de su pulpa y semillas.
Luego son laqueadas externamente para dar una mejor terminación y otorgarle mayor protección y durabilidad a la calabaza.
​La malla exterior es tejida directamente sobre la calabaza con cuentas. Estas pueden ser de diferentes materiales:  plástico, semillas, maderas. Cada material utilizado le dará un sonido diferente.
El hilo utilizado para crear la malla es resistente a movimientos y golpes que se producen al tocar el instrumento.

El Shekere pertenece a la familia de los idiófonos,  ya que su sonido se logra gracias al choque de las cuentas con el cuerpo de la calabaza cuando esta es sacudida hacia ambas direcciones.